Muy cordial el trato de Abigail, a veces se le hace dificil compaginarlo con su retaurante pero nos sentimos bien atendidos.

De buena calidad, nada que envidiar a un hotel de 3 estrellas y para el descanso el ideal.

La estética y limpieza de la casa está muy bien. El problema surge con los dueños que se empeñan en fiscalizarte las vacaciones preguntándote constantemente de dónde vienes, a dónde vas, qué te ha gustado, qué no, etc. No entienden que una pareja viaja para evadirse y encontrarse y no para que le anden realizando un tercer grado. Sinceramente no nos gustó nada la actitud de los propietarios. Deberían saber distinguir cuando sus comentarios son bien recibidos de cuando sencillamente están metiendo la pata. Llegaron a recriminarnos que nos les hiciéramos caso en sus consejos, como si fueran nuestros padres. Un cero a su comportamiento.

Acogedor, tranquilo, muy confortable y céntrico, justo al lado de la judería. Agradecemos mucho las excelentes recomendaciones de Abigail para visitar el pueblo y sobre restaurantes aunque dos de los recomendados (Casa Luis y el Almirez) estuvieran cerrados por ser lunes. Si pensais viajar a Hervás evitad los lunes pues hay pocos locales abiertos, tb para tomarte una copa. Al día siguiente comimos en Sabores lejanos, su restaurante de comida sefardí, no os lo perdais pues se sale de la cocina típica ofertada en el resto. Siguiendo tb. una recomendación de Abigail, en Cáceres comimos en el restaurante Casa Mijhaeli (Calle Barrio nuevo, muy cerquita de la Plaza mayor) especializado en cocinas del mundo, una auténtica delicia para el paladar si buscas algo distinto.

Nos parece idóneo por la ubicación, la atención prestada a nivel general. Es una casa rural que de hecho ya estamos recomendando y por el pueblo de Hervás un pueblo de olores y sabores no tan lejanos,

EL TRATO ES EXQUISITO Y EL ALOJAMIENTO ENCANTADOR.

Servicio muy bueno, limpieza muy buena y situacion del alojamiento buena.

Un lugar donde se puede descansar, con un trato y atencion personal excelente. Repetiremos

un lugar extraordinario con un trato extraordinario. Tanto Abigail cono Jose un encanto; recomendable sin lugar a dudas.

Pondría persianas en las ventanas, para evitar la entrada de luz.

Lugar entrañable, cuidado esmerado de los detalles y muy limpio. Los propietarios muy correctos, sin excesivas confianzas y con muchísimo apoyo en rutas y gastronomía. Una de las mejores que hemos visitado.