Los propietarios padre e hijo, fueron muy amables y atentos en todo, nos dieron información importante sobre la zona, la casa es un poco incomoda por las escaleras entre plantas, el equipamiento esta bien a excepcion de los sofas que estan destrozados. Nos habian informado de que tenia terraza y barbacoa, es un espacio compartido con varias casas mas y que se encuentra a unos 30 mts de la casa, organizar una cena o comida alli es complicado.

Muy bien situado y es un edificio que tiene el encanto de lo rural. Buena calefacción (hubo un fallo en el agua caliente pero lo solucionaron cuando lo señalamos). Mobiliario del salón algo cutre y no excesiva limpieza. Camas cómodas. Se puede aparcar en la misma plaza.

Equipamiento escaso, limpieza deficiente, pues como admiten animales estaba todo lleno de pelos de perro, y a mi me picaron las pulgas y estoy seguro que fue en la casa. La casa es muy imcomoda, ya que está todo repartido en 3 alturas. El primer dia el agua caliente estaba tibia y el segundo, ni siquiera tibia. Ni volveremos ni la recomendaremos

Ubicación ideal. El pueblo es precioso, tranquilo a la par que cercano a Benasque y punto de inicio de excursiones tanto familiares como de alta montaña. La casa está totalmente equipada. Seis camas reales, sin sofás ni nada parecido. Las habitaciones son amplias y confortables. En alguna crítica leímos que el perro del vecino molestaba, y realmente al entrar había un perro en la finca contigua que ladraba escandalósamente, pero a los dos minutos se acostumbró a nuestra presencia y ya no volvió a decir nada. Viajamos 6 adultos, 1 niño (tuvo su plegatín) y 3 perros. Totalmente recomendable para aquellas personas que quieren viajar con su perro.

La zona, es inmejorable. El alojamiento, es muy básico. Le hace falta un inversión en camas y sillones.

Para seis personas es pequeña (sólo cuenta con un baño y dos sofás pequeños en la salita de estar), pero para cuatro está muy bien.

En general la casa está bastante bien. El único problema son los perros de la casa de al lado, que cada vez que se entra o se sale, se ponen a ladrar desesperadamente y por la noche se aullan de vez en cuando.