Nos gustó mucho poder sentir la libertad de pasear libremente por la finca, entre los viñedos, y especialmente esa sensación de entrar por la noche, abriendo la cancela con el mando a distancia, y no escuchar ni un ruido. Por un momento, sientes que estás en casa y que, aunque solo sea un sueño, eres parte de todo aquello. También me encantó la confianza y la libertad para usar el salón y poder consumir vino o cava que más tarde pagas en la tienda. Y lo mejor de todo: María, la enóloga y a su vez la persona que te recibe, te acomoda y te da consejos impagables sobre la zona; un encanto de persona.

Nos ha encantado la tranquilidad,el personal que es tan amable y servicial,las instalaciones, la limpieza del apartamento y como no mencionar la cata de vinos y paseo por viñedos guiado por M.José....muy competente e instruida,con su simpatía hace la visita muy amena y su orientación nos ayudó a seleccionar cava y tinto. Muchas gracias

Muy buena

Encantadora, muy relajante

Es la segunda vez que vamos, y la verdad la tranquilidad es la clave.

Estupendo todo, la estancia, el desayuno, la visita. Súper recomendable

Atención impecable, bonita bodega y desayuno espectacular

Me encantó y la chica muy muy agradable